Pinturas del dolor
domingo, 5 de octubre de 2014
ÁRBOL DE LA ESPERANZA (55.9 x 40.6 cm)
Este cuadro fue pintado en 1946; en él describe Frida el resultado de la "jija" operación. Muestra a la pintora llorando, vestida de tehuana, cuidando a otra Frida que está acostada en una cama de hospital, desnuda, parcialmente cubierta por una sábana blanca. La imagen muestra profundas incisiones en la espalda abiertas y sangrando. La Frida sentada muestra con orgullo un corsé ortopédico pintado con un vivo color rosa con una hebilla roja, típica de la ironía de Frida, como un trofeo ganado en el maratón médico. En la mano derecha ostenta una bandera en la que se leen las palabras que ella repetía con frecuencia a sus amigos "árbol de la esperanza mantente firme" las borlas de la bandera son idénticas a las gotas de sangre de las heridas. El extremo puntiagudo del asta de la bandera, cubierto de rojo, evoca un ensangrentado instrumento quirúrgico. Las dos Fridas son flanqueadas de un lado por un precipicio, (donde un poco de pasto "lleno de esperanza" sale de la piedra volcánica), y del otro por una tumba o zanja rectangular, versión más inquietante de los barrancos oscuros que atraviesan la tierra árida y que simbolizan la carne herida de la pintora. El paisaje es el día y la noche y las grietas en la tierra representan su frágil cuerpo roto.
sábado, 6 de septiembre de 2014
LA VENADITA (1946)
Es un cuadro pintado en 1946. En él Frida expresa su dolor y sufrimiento. La venadita corre a través de un claro mientras 9 flechas atraviesan su cuerpo que sangra mientras su rostro permanece impasible observando al espectador. El cuadro también señala el sufrimiento psicológico. Ella Wolfe dice que la venadita expone “la agonía de vivir con Diego”. En este cuadro Frida vuelve a usar objetos estropeados para señalar sus heridas tanto físicas como psicológicas. Troncos macizos de madera seca y agrietada, con ramas rotas, representan la descomposición y la muerte. Las nudosidades y cortadas de la corteza reflejan las heridas en la ijada del venado. Debajo de sus patas se encuentra un delgado y frondoso vástago verde parte de un joven árbol y símbolo de la juventud interrumpida de la artista así como del venado. Indica también la simpatía de Frida por las cosas rotas. A lo lejos permanece la esperanza que se refleja en el mar azul.
miércoles, 3 de septiembre de 2014
MI NANA Y YO. (1937) 30 x 35 cm.
En este cuadro se representa como una niña adulta que mama de los pechos de su nana indígena en una clara alusión a su ascendencia indígena. Los ductos y las glándulas mamarias se revelan sobre la superficie de un seno, formando un diseño parecido al de los tallos de una planta. La nana de Frida maciza y morena, concreta el patrimonio indígena, la tierra, las plantas y el cielo de México. Como si sintiera simpatía hacia la madre de la lactante, están hinchadas las venas blancas de la hoja gigante que aparece al fondo. Las gotas de lluvia en el cielo, son la leche de la virgen.
“Aparezco con el rostro
de una mujer adulta y el cuerpo de una niña en los brazos de mi nana, sus
pezones gotean leche y el cielo también. Salí viéndome como niña y ella tan
fuerte, tan empapada de sustento, que me dieron ganas de dormir”. Afirmó que
pintó la cara de la nana como máscara, porque no se acordaba de cómo era. Sin
embargo el asunto es más complicado: Aunque Frida haya querido darle una
apariencia optimista y tranquilizadora a la nana, hay pocos elementos
reconfortantes en el aspecto de la misma: La temible máscara de Teotihuacán,
con los ojos vacíos y fijos, difícilmente podría ser más espeluznante, como figura
materna. Parece una máscara funeraria. Frida no se ve como una niña
somnolienta, satisfecha y mimada. La mirada penetrante que dirige hacia el
espectador parece indicar que está absorbiendo junto con la leche, que escribe
como “empapada de sustento”, el conocimiento terrible del propio destino. El
cuadro es una analogía obvia al motivo de la “Madona Caritas” la virgen que
amamanta al niño Jesús. Es posible que exista una dimensión más en mi “Nana y
yo”. La espantosa mujer tiene el pelo negro suelto y las cejas unidas, lo que
señala que es una ascendiente de la niña o quizá otra parte de Frida misma. En
este cuadro una parte de Frida nutre a la otra y se convierte en el elemento
que sostiene la vida dentro de la dualidad Frida-adulta.
sábado, 9 de agosto de 2014
DIEGO Y YO (1949) 61 x 21.6 cm.
"Diego y yo" 1949.
Es bien conocido que el trabajo de Frida Kahlo está lleno de simbolismos, con los cuáles plasma su realidad. En ésta ocasión les presento ésta obra que se llama: "Diego y yo", la cual fue elaborada en el año de 1949 y que actualmente pertenece a la colección Mary Ane Martin Fine Arts, New York, y está valuado en 1, 430,000 dólares.
Antes que nada es importante destacar el contexto ó el entorno en que se desenvolvía Frida en ése tiempo, pues fué la motivación principal para la realización de ésta obra. El transcurrir del amor entre Frida y Diego nunca fué fácil, como hemos hablado con anterioridad. Su relación estuvo llena de problemas e infidelidades y es precisamente en el año de 1949, cuando Rivera vive un torrido romance con la actriz María Félix, quien era una buena amiga de Frida. A pesar de las bromas que Frida hacía respecto al tema, sus emociones se ven reveladas en ésta pintura.
Incluso se sabe que Frida había realizado un boceto para mostrarlo a sus clientes, un matrimonio amigo suyo, y siendo el esbozo muy similar al cuadro llamado "Diego en mi pensamiento" (1943), sin embargo meses más tarde cuando reciben la obra, era completamente diferente a lo que habían visto, quedando horrorizados al ver a una Frida triste y llorosa. Todo esto debido a que el boceto se elaboró antes de que Frida se enterara del romance de Diego con María Felix y de las intenciones que tenía éste de casarse con la actriz. En el autorretrato final, las emociones de Frida son evidentes, sin embargo el pequeño retrato de Diego en su frente, no deja ninguna duda que lo sigue amando, lo que le causa mayor tristeza.
Es bien conocido que el trabajo de Frida Kahlo está lleno de simbolismos, con los cuáles plasma su realidad. En ésta ocasión les presento ésta obra que se llama: "Diego y yo", la cual fue elaborada en el año de 1949 y que actualmente pertenece a la colección Mary Ane Martin Fine Arts, New York, y está valuado en 1, 430,000 dólares.
Antes que nada es importante destacar el contexto ó el entorno en que se desenvolvía Frida en ése tiempo, pues fué la motivación principal para la realización de ésta obra. El transcurrir del amor entre Frida y Diego nunca fué fácil, como hemos hablado con anterioridad. Su relación estuvo llena de problemas e infidelidades y es precisamente en el año de 1949, cuando Rivera vive un torrido romance con la actriz María Félix, quien era una buena amiga de Frida. A pesar de las bromas que Frida hacía respecto al tema, sus emociones se ven reveladas en ésta pintura.
Incluso se sabe que Frida había realizado un boceto para mostrarlo a sus clientes, un matrimonio amigo suyo, y siendo el esbozo muy similar al cuadro llamado "Diego en mi pensamiento" (1943), sin embargo meses más tarde cuando reciben la obra, era completamente diferente a lo que habían visto, quedando horrorizados al ver a una Frida triste y llorosa. Todo esto debido a que el boceto se elaboró antes de que Frida se enterara del romance de Diego con María Felix y de las intenciones que tenía éste de casarse con la actriz. En el autorretrato final, las emociones de Frida son evidentes, sin embargo el pequeño retrato de Diego en su frente, no deja ninguna duda que lo sigue amando, lo que le causa mayor tristeza.
Existen
cuatro puntos importantes a destacar de ésta obra:
Diego en la frente de Frida: La admiración, la obsesión y el amor que Frida tiene por Rivera está reflejada por el pequeño retrato del muralista sobre su frente. Lo cual a su vez lo convierte en la fuente de preocupación y dolor para Frida.
El tercer ojo de Diego: Éste sugiere la convicción de Frida acerca de la superioridad intelectual y artística de Rivera. Frida admiraba su sabiduría y lo representa con éste ojo.
Las lágrimas de Frida: Nos muestra su pena y dolor que le causa en este momento la posibilidad de perder a Diego nuevamente. A pesar de su aspecto fuerte y las bromas que hacía de las infidelidades de Rivera, éste símbolo refleja el sufrimiento que vivía bajo ésta situación.
Su cabello: En la mayoría de sus autorretratos, el cabello de Frida está recogido elegantemente en un moño, en éste cuadro por el contrario está suelto y enredado en el cuello, lo que sugiere un estado de ahogamiento: Sin Diego, Frida pierde el respiro de vida.
En mi opinión es una obra que refleja ésos sentimientos encontrados de miedo, amor, odio, tristeza, entre otros. Y al conocer los simbolismos que se presentan y su significado, me aydua a ir entendiendo su obra, y seguir admirando su capacidad de reflejar su realidad y proyectar sus sentimientos al espectador
Diego en la frente de Frida: La admiración, la obsesión y el amor que Frida tiene por Rivera está reflejada por el pequeño retrato del muralista sobre su frente. Lo cual a su vez lo convierte en la fuente de preocupación y dolor para Frida.
El tercer ojo de Diego: Éste sugiere la convicción de Frida acerca de la superioridad intelectual y artística de Rivera. Frida admiraba su sabiduría y lo representa con éste ojo.
Las lágrimas de Frida: Nos muestra su pena y dolor que le causa en este momento la posibilidad de perder a Diego nuevamente. A pesar de su aspecto fuerte y las bromas que hacía de las infidelidades de Rivera, éste símbolo refleja el sufrimiento que vivía bajo ésta situación.
Su cabello: En la mayoría de sus autorretratos, el cabello de Frida está recogido elegantemente en un moño, en éste cuadro por el contrario está suelto y enredado en el cuello, lo que sugiere un estado de ahogamiento: Sin Diego, Frida pierde el respiro de vida.
En mi opinión es una obra que refleja ésos sentimientos encontrados de miedo, amor, odio, tristeza, entre otros. Y al conocer los simbolismos que se presentan y su significado, me aydua a ir entendiendo su obra, y seguir admirando su capacidad de reflejar su realidad y proyectar sus sentimientos al espectador
LA COLUMNA ROTA (1944) 40 x 31 cm.
Página 73. Libro de Hayden
Herrera dice:
Columna rota pintado en 1944. En
el cuadro la impasibilidad resuelta de Frida, crea una tensión casi
insoportable, una sensación de parálisis. La angustia cobra vida por los clavos
que perforan su cuerpo desnudo. Una brecha parecida a una grieta causada por un
terremoto, le hiende el torso, cuyas 2 partes se mantienen unidas por un corsé
ortopédico que simboliza el confinamiento de un inválido. Dentro del torso una
columna jónica resquebrajada reemplaza su columna vertebral. El cuerpo abierto
indica la cirugía sufrida y según observadores, la columna rota es como un falo
y alude al vínculo entre el sexo y el dolor, al recordar la barra de acero que
penetró en su vagina el día del accidente.
Las tiras blancas del corsé, con
hebillas de metal acentúan la delicada vulnerabilidad de los senos de Frida
cuya belleza perfecta hacen aún más terrible la hendidura brutal de su cuerpo.
Con las caderas envueltas en una tela evocadora de la sabana enrollada de
Cristo; Frida exhibe sus heridas como un mártir cristiano, como un San
Sebastián mexicano, utiliza el dolor físico, la desnudez, la sexualidad para
comunicar el mensaje de su sufrimiento espiritual.
Frida mira de frente desafiante.
Lágrimas salpican sus mejillas pero su rostro se niega a llorar. Forma una
máscara tan impávida como las facciones de un ídolo indígena. Para sugerir la
soledad del sufrimiento físico y emocional Frida se retrata aislada, delante de
un inmenso y árido llano. Barrancos parten el paisaje, como metáfora de su
cuerpo herido, como el desierto, privado de la capacidad de crear vida. En la
lejanía hay una franja de mar azul, debajo de un cielo despejado.
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