Este cuadro fue pintado en 1946; en él describe Frida el resultado de la "jija" operación. Muestra a la pintora llorando, vestida de tehuana, cuidando a otra Frida que está acostada en una cama de hospital, desnuda, parcialmente cubierta por una sábana blanca. La imagen muestra profundas incisiones en la espalda abiertas y sangrando. La Frida sentada muestra con orgullo un corsé ortopédico pintado con un vivo color rosa con una hebilla roja, típica de la ironía de Frida, como un trofeo ganado en el maratón médico. En la mano derecha ostenta una bandera en la que se leen las palabras que ella repetía con frecuencia a sus amigos "árbol de la esperanza mantente firme" las borlas de la bandera son idénticas a las gotas de sangre de las heridas. El extremo puntiagudo del asta de la bandera, cubierto de rojo, evoca un ensangrentado instrumento quirúrgico. Las dos Fridas son flanqueadas de un lado por un precipicio, (donde un poco de pasto "lleno de esperanza" sale de la piedra volcánica), y del otro por una tumba o zanja rectangular, versión más inquietante de los barrancos oscuros que atraviesan la tierra árida y que simbolizan la carne herida de la pintora. El paisaje es el día y la noche y las grietas en la tierra representan su frágil cuerpo roto.
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