Página 73. Libro de Hayden
Herrera dice:
Columna rota pintado en 1944. En
el cuadro la impasibilidad resuelta de Frida, crea una tensión casi
insoportable, una sensación de parálisis. La angustia cobra vida por los clavos
que perforan su cuerpo desnudo. Una brecha parecida a una grieta causada por un
terremoto, le hiende el torso, cuyas 2 partes se mantienen unidas por un corsé
ortopédico que simboliza el confinamiento de un inválido. Dentro del torso una
columna jónica resquebrajada reemplaza su columna vertebral. El cuerpo abierto
indica la cirugía sufrida y según observadores, la columna rota es como un falo
y alude al vínculo entre el sexo y el dolor, al recordar la barra de acero que
penetró en su vagina el día del accidente.
Las tiras blancas del corsé, con
hebillas de metal acentúan la delicada vulnerabilidad de los senos de Frida
cuya belleza perfecta hacen aún más terrible la hendidura brutal de su cuerpo.
Con las caderas envueltas en una tela evocadora de la sabana enrollada de
Cristo; Frida exhibe sus heridas como un mártir cristiano, como un San
Sebastián mexicano, utiliza el dolor físico, la desnudez, la sexualidad para
comunicar el mensaje de su sufrimiento espiritual.
Frida mira de frente desafiante.
Lágrimas salpican sus mejillas pero su rostro se niega a llorar. Forma una
máscara tan impávida como las facciones de un ídolo indígena. Para sugerir la
soledad del sufrimiento físico y emocional Frida se retrata aislada, delante de
un inmenso y árido llano. Barrancos parten el paisaje, como metáfora de su
cuerpo herido, como el desierto, privado de la capacidad de crear vida. En la
lejanía hay una franja de mar azul, debajo de un cielo despejado.
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